PEUGEOT 307 WRC 1:24 ( I )

La marca española Avant Slot presentó el pasado otoño de 2007 su nuevo y fantástico Peugeot 307 WRC para la práctica del Rally Slot 1:24, un modelo que hizo honor a lo que se esperaba de él, y no ya tanto en cuanto a la reproducción de carrocería e interior, las cuales están sencillamente a un nivel superior, como por un novedoso chasis (evolución del anterior para 1:24) y un comportamiento del conjunto (Comercializado RTR – Ready to Run –). Este es pues el primer artículo (de dos) dedicado al Peugeot 307 WRC 1:24 de Avant, en el que me centraré en el estudio de la carrocería e interior tras una breve introducción.





La expectativa era mucha, y con cada fotografía y/o comentario que se publicaban en los foros, las búsquedas de información y llamadas a los comercios habituales se multiplicaban exponencialmente. No era de extrañar tanto interés, y éste se suscitaba no porque fuese Peugeot la marca reproducida, ni el bicampeón Gronholm el piloto oficial de Peugeot WRT, ni porque se tratase de un Montecarlo, si no más bien por su escala (1:24) y por el fabricante AVANT Slot quien desde su nacimiento es sinónimo de calidad.




Así las cosas sabía que tarde o temprano tenía que adquirir esta unidad para disfrutar de ella en casa, pero acudiendo a nuestro refranero, “Nunca es tarde si la “Bisha” es buena”, y la Bisha es un Vitorino de 500 kilos, rojo bragado y armado hasta el tubo de escape, una auténtica máquina que intentaremos ir describiendo poco a poco y, seguro, dejándonos mucho en el camino, pues cuando tenemos delante un León francés penta-campeón del mundo; pilotado por un bicampeón del mundo finés; reproducido por Avant Slot a escala 1:24; con un chasis de auténtica competición y; con una carrocería e interior espectaculares uno nunca sabe en qué centrarse, por dónde empezar ni qué fotografías poner, en cualquier caso siempre es un lujo escribir sobre cualquiera de los anteriores.


1:24 v. 1:32


GRONHOLM


Otro campeón del mundo finés heredero de los “voladores” contaba con tan sólo 10 años cuando Markku Alén fue llevado a lo más alto del cajón del campeonato del mundo por el mítico Fiat 131; campeonato del mundo que también vería ganar a sus compatriotas Vatanen, Mikkola, Salonen, Kankkunen y Mäkinen, antes de que en el año 2000 él mismo se hiciese con su primera victoria en el campeonato del mundo de rallies, campeonato que repetiría en el año 2002 haciéndole entrar en el tan exclusivo mundo de los bi-campeones, y haciendo que Peugeot sumase tres nuevas victorias del campeonato del mundo gracias a su imbatible Peugeot 206, victorias que sumadas a las anteriores del 205 en 1985 y 1985 hacían que Peugeot sumase un total de 5 coronas mundiales.




Desde su primera victoria en el año 2000 en Suecia al volante de su Peugeot 206, pasando por las logradas al volante del hoy reproducido 307 y acabando con la lograda al volante de una Ford, a la que también le ha brindado las glorias del campeonato que para él no ha podido conseguir, en el Rally de Nueva Zelanda, los que de verdad hemos ganado somos los aficionados que hemos tenido el placer de verle volar, un placer que a día de hoy, y tras su jubilación, podemos seguir haciendo desde su página web donde encontraremos gran número de fotografías e información extra sobre este grandísimo piloto y de la que hemos extraído con permiso expreso de su propieario la primera foto de este artículo (http://www.mgr.fi/).





MONTECARLO 2005


Si las expectativas de un conocedor de Montecarlo como Gronholm hacían presagiar un Montecarlo más que animado, Loeb no dejaría que se le escapase la tercera victoria en el que es uno de sus rallies, un Loeb que se impuso con claridad y que prometía un mundial más con su nombre, pues dos de sus grandes rivales, Peter Solberg y Marcus Gronholm, no habían conseguido terminar como se esperaba. Loeb, marcó ocho 'scratchs' en el fin de semana “monegasco”, una victoria incontestable, entre otras cosas gracias a los errores de algunos de sus contrincantes, o gracias en parte a algún descerebrado que tras el paso de los ouvreurs se dedicaron a echar nieve en los tramos del Col de Turini, trampas en las que sí cayeron los dos precitados pilotos.




Fue una victoria que Loeb trabajó con extrema atención atacando con el cuchillo en la boca en el terreno más seco y siendo algo más prudente en los tramos más complicados, tirando muy fuerte el primer día, y echando mano del freno sobre todo tras el accidente de Duval, momento en el que optó por administrar su ventaja. Los percances de Gronholm y Solberg auparon a la segunda plaza a un Toni Gardemeister que recuperó plaza de podium tras aquélla lograda al volante de un Seat Córdoba. La tercera posición sería para el Mitsu de Gilles Panizzi, una Mitsubishi que no recordaba qué era un podium en el campeonato del mundo desde que Tommi Makinen lo lograse en el Rally Safari de 2001. Pese a todo el binomio Gronholm-Rautianen lograron terminar en una quinta plaza que se distanciaba en casi ocho minutos del tiempo de Loeb.




Una prueba en la que nuestro por entonces junior Dani Sordo hiciese al volante de su pequeño C2 una más que meritoria cuarta plaza en dicha categoría (15º General). Una prueba en la que nuestro Xevi Pons tuvo que abandonar su Peugeot 206 antes de cumplir con ella.




CARROCERÍA

Vista la espectacularidad del conjunto en general y su imponente planta frente a los pequeños 1:32, entiendo más que interesante ir directamente al grano en lo que respecta a lo detallado de su carrocería e interior donde encontramos detalles de auténtico estático motorizado en esta máquina de competición a escala mayor y comercializada RTR con una tampografía colosal.



Una delantera imponente en la que destacan no tanto el intenso color rojo que caracterizaba en aquel 2005 al Peugeot WRT como el brillo de dicho color tan sólo roto por las franjas en un blanco intenso. Así sobre la enorme entrada de aire delantera encontramos al León de la marca francesa en un gris metalizado perfectamente adaptado al logo de la Peugeot flanqueado por las dos grandes ópticas delanteras que rasgan el frontal para llevarnos a los agrandados pasos de rueda característicos de los WRC en contraposición a los 307 de calle.




En la anterior foto encontramos otra de las pruebas del cuidado y esmero con el que Avant ha procedido con esta unidad, la anilla de remolque y su señalización son un complemento perfecto para una máquina en la que la tampografía es sencillamente espectacular, y muestra de ello es la perfección con la que se dibuja la marca de neumáticos que calzaba su homólogo 1:1. Sobre el emblema de la marca encontramos al principal patrocinador del Peugeot WRT, TOTAL puede estar satisfecha del modo en el que se ha reproducido su nombre, no sólo por el blanco perfecto que denota un doble golpe de tampón, si no también por el inmaculado detalle, también a doble golpe de tampón, del ribeteado en negro que bordea cada una de las letras con absoluta perfección.




Hablando de tampografía y buen trabajo nos encontramos la placa del Rally, donde a un tamaño ilegible para mis ojos sin ayuda externa se lee perfectamente "WRC FIA" en el morro del Peugeot #7 que se simula junto a la identificación de año y rally, otra de esas pruebas que demuestran que ningún detalle se escapa a la calidad mostrada por el conjunto.




En las siguientes fotos, y con miedo a resultar reiterativo en cuanto a la calidad tampográfica de mi unidad, muestro la calidad de la que estuve disfrutando mucho tiempo antes de proceder con la sesión de una modelo que se iba viendo guapa a medida que disparaba fotos, tanto en sus puertas,




...como en su lateral posterior, donde el vehículo no pierde el detalle,




...si no que si trepamos hacia el techo parece ganarlo,




Pero antes de trepar hacia su techo entiendo más que necesaria la parada obligatoria que toda zaga bien resuelta merece, emblema, anilla de remolque, matrícula, patrocinadores, tubo de escape... reproducidos de forma óptima.




Y ahora sí le llega el turno al techo, un sencillo y discreto techo termina por enamorarme de esta unidad, antenas de comunicación, cámara subjetiva, entrada de aire para la refrigeración del habitáculo y un dorsal reproducido a la perfección hacen que la carrocería termine en redondo.




Como colofón a esta sencilla decoración tengo sólo dos vistas más, una del techo que impresiona su equilibrada calidad:




Y dos de los espejos que harán las delicias de cualquier aficionado:






INTERIOR


No podemos quedarnos con la duda de qué es lo que este "pequeño" León escnde en su interior, para ello procedemos a aflojar los 4 cuatro tornillos que unen chasis y carrocería. Una vez separadas ambas piezas procedemos a desunir el cockpit de la carrocería, quedando el coche dividido en tres piezas principales.




El Cckpit, con el que vamos a entrar en detalle, más que explicando pieza a pieza dejando que el lector disfute del cuidado y calidad que Avant demuestra en su 1:24 RTR, donde a parte de sus flexibles y completamente reproducidos piloto y copiloto encontraremos determinados detalles que harán que veamos este vehículo con otros ojos. Una de las curiosidades es la posición de la mano derecha de Gronholm..., "jugando" con el freno...




De ambos ocupantes a parte de venir reproducidos y pintados hasta los piés cabe destacar desde los diferentes cascos, pasando por la reproducción del sotto, el intercomunicador, arneses y evillas de los cinturones, perfil del casco que separaría la zona blanda de la rígida...




Pero si impresionante es la reproducción de piloto y copiloto, no menos impresionante es el volante y cambio integrado reproducidos, relojes e incluso entradas de aire, detalles que harán de esta unidad ese algo más.



Mención extra merece el cuaderno de notas, algo posible dada la escala del modelo, si bien es cierto que por tamaño podrían ser perfectamente incluíbles en un 1:32.




Tras los asientos encontraremos los dos extintores con los que contaba la unidad 1:1, el automático y el manual, algo a lo que en escalas más pequeñas de vez en cuando sí se puede disfrutar pero que siempre es de agradecer.



Se incluye, tras las detalladísimas barras de seguridad cromadas una rueda de repuesto (no real) que conserva el detalle y cuidado de las utilizadas en la reproducción.





Con todo el lujo de detalles con que Avant ha dotado a este 307 sólo nos falta comprobar que este coche no es para colocarlo en la vitrina si no para correr, chasis que examinaré a fondo en una segunda parte del presente artículo "Chasis, preparación y prueba dinámica", prueba en la que la colaboración del fabricante ha sido indispensable.