Hace poco más de un mes la italiana Slot.it lanzaba al mercado su versión del maravilloso Chaparal 2E..., una reproducción sencillamente espectacular..., sobre su comportamiento en pista sólo puedo decir que FUNCIONA de maravilla, sobre su belleza creo que con las instantáneas que acompañan al presente poco más puedo decir..., y sobre la Chaparral 2E poco más que añadir, por el momento, a lo ya dicho en Más Slot.
Tras los magníficos Scarab de Lance Reventlow (Florida) y los Cobras de Carroll Shelby (California), una nueva marca despuntaba en Midland (Texas), un nombre curioso, Chaparral, para unos coches que terminaron siendo demasiado efectivos para que “los despachos” no pisasen su freno. Parecía extraño que una nueva marca se estuviese gestando en una ciudad como Midland (Tx.), una ciudad descrita como “Cuando estás muy lejos del El Paso, pero no puedes llegar a Houston”. Los culpables de tal desconcierto eran los jóvenes Jim Hall y James “Hap” Sharp, empresarios petroleros que unieron sus fuerzas para crear
estos fabulosos vehículos.
Su nombre; Chaparral, “Roadrunner” o “Geococcyx”, no es más que un ave terrestre capaz de volar y que pese a medir entre 46 y 61 centímetros de longitud, pueden correr a una velocidad de 24 kilómetros por hora. Un ave que prefiere esprintar a volar; aptitud que reservan para escapar más rápido de sus predadores, entre los que se encuentra el coyote, tal y como inmortalizó la WB en 48 episodios y un cortometraje…, el Correcaminos y su fiel perseguidor, “el Coyote”.
El “Correcaminos” animado, y nuestro Chaparral, tienen una cosa más en común, algo que sin duda hizo que Hall y Hap se decidieran por este nombre en lugar de “Midland”. Ambos corredores son tejanos de procedencia (Episodio The wild chase – Correcaminos v. Speedy González).
Texas estaba de moda: primero John Mecom y su fantástico equipo de carreras y; ahora estas pequeñas y maravillosas máquinas blancas. Unas máquinas de leyenda que fueron fotografiadas por primera vez en unos test en Riverside en 1961. Con Hall al volante de su bólido de motor delantero y los constructores Dick Troutman y Tom Barnes vigilando sus evoluciones, unos entrenamientos de los que Karl Ludvigsen sería testigo.
Entusiasmado con tan prometedoras máquinas Ludvigsen puso en contacto a Sharp y Hall con Hill Mitchell (Centro de Estilo de General Motors), una relación que florecería en una inestimable relación con Chevrolet. Ludvigsen sería también testigo de los primeros Chaparral alados, de los primeros 2E. Gracias a los libros de Ludvigsen y Pete Lyons sobre las series Can-Am y a las fotografías de Rosenthall, Shinoda, Legrand…, unidas al maravilloso libro sobre los Chaparral de Richard Falconer (con Doug Nye) hoy somos capaces de conocer algo mejor qué significaron los Chaparral en la historia del automovilismo.
Con sólo diecisiete años Jim Hall perdió a sus padres y hermana debido a un desgraciado accidente de aviación que hizo que, junto a sus dos hermanos que sobrevivieron, se tuviera que hacer cargo de la empresa familiar, la Cóndor Petroleum. En la Universidad de California Jim comenzó estudiando Geología. Antes de licenciarse cambió, para bien del automovilismo, a Ingeniería Mecánica. Con su hermano mayor envuelto, como concesionario importador, en el mundo del automóvil, Jim encuentra la puerta abierta para comenzar a competir con grandes coches a la edad de diecinueve años.
Como enlace con las glorias del pasado su jefe de mecánicos, el ex-Cunningham Red Byron. Junto a Hall comenzó a desarrollar los que por entonces serían sus coches favoritos, sus queridos Maseratis. Con la experiencia recogida y encorajinado gracias a sus camaradas “Hap” Sharp y Ronnie Hisson todos ellos deciden construir un pequeño circuito
donde entrenar a las afueras de Midland, su ciudad.
El terreno de su propiedad donde se ubicaría el mismo estaba salpicado de pequeñas edificaciones propias en una superficie de poco más de 8.000 metros cuadrados. Un pequeño circuito asfaltado de casi dos kilómetros de longitud y con forma de pera debería ser suficiente para poder tener ese “plus” que buscaban si querían hacer algo grande en el mundo del automovilismo. La idea era tener un circuito que “cazase” los fallos de sus coches, un circuito capaz de descubrir sus debilidades, y el nombre le vendría al pelo, “Rattlesnake Raceway”. Casualidad o no, la serpiente de cascabel (rattlesnake) es uno de los mayores predadores naturales de los chaparrales, y en este caso el Rattlesnake sería quien debería hacer más rápidos a los Chaparral.
Volviendo a Troutman y Barnes; quienes dotaron al Pájaro Blanco de un motor Chevrolet, el bólido comienza a “correr”. Suspensión independiente para las cuatro ruedas, el big block empujando y no tirando de él y las primeras victorias para Hall, piloto, probador, propietario y constructor, en 1962, Elkhart Lake fue el circuito testigo de esas dos victorias. Texas estaba por aquel entonces en la punta de lanza tecnológica del país, y no por los Chaparral, más bien por la industria aero-espacial (Houston). Hall y Sharp no dejarían escapar esa oportunidad de contar con lo más moderno tecnológicamente, el motor ya lo tenían, la mayoría de los componentes también…, el monocasco de fibra de vidrio reforzado con plástico epoxy de Plastrend.
Tres de ellos llegarían a ser “automóviles”. El primer Chaparral 2 es “botado” en Riverside a finales del ’63, y su debut no pudo ser mejor, Pole para Hall. Sin embargo no pudo mantener dicha Pole en carrera debido a un fallo eléctrico. Los dos Chaparral eran “diferentes” entre sí, el de Hall con motor Chevrolet y caja de cambios Colotti y para Sharp el “sister” con un motor Oldsmobile algo más pequeño y caja de cambios Cooper. Siete victorias, seis segundos y tres terceros fueron el bagaje para ese 1964. Rattlesnake estaba en el mapa, Midland estaba a sus afueras.
Chaparral de Slot.it: 46,95 Euros..., Ford P68 de NSR: 69,95 Euros. Esta introducción no se ha de entender como una digresión, más bien como el preludio de lo que iba a ser uno de los vehículos más revolucionarios e increíbles de la historia, el 2E, un Chaparral que no fue, en ningún caso, fruto de la casualidad, tal vez mi pájaro blanco preferido y sin duda uno de mis Top 5. Ferrari tendría su Fiorano, pero Chaparral ya tenía su Rattlesnake, algo que permitía a Sharp y Hall probar las evoluciones en sus coches al momento de operarlas y, en su caso, corregirlas, implementarlas, acoplarlas…, mientras que el resto de marcas deberían investigar en sus talleres, montar sus coches en sus propias bañeras, dirigirse a un circuito alquilado y correr.
Comprobar si funcionaba y volver a sus talleres... Una Serpiente de Cascabel culpable, junto al departamento de Investigación y Desarrollo de la marca de la pajarita (Bill Mitchell), con mucho, de los éxitos de la marca del Pájaro Blanco. Frank Winchell (responsable del I+D de Chevrolet) estaba entusiasmado con estas maravillas tejanas para el desarrollo y evolución de los avances técnicos probados sobre las Chaparral.
Así es como se lleva a cabo el experimento de Laguna Seca en mayo del ’64. Acoplando un Chevy V-8 a la Chaparral 2, Hall al volante y una victoria incontestable para un Chaparral con motor con cambio automático Chevrolet. Un motor al que se le añadiría una segunda velocidad para agosto de 1964 y una tercera en la temporada de 1966.
Y sí, el elemento que me ha costado no mencionar más que por encima, su altísima e imitada ala regulable, el elemento que convirtió un vehículo magnífico en histórico. Llegamos a la apoteosis en 1966 del Chaparral 2E y su ala que aplicaba efecto suelo directamente al lugar donde convergen los radios de las ruedas traseras sin ejercer presión sobre la amortiguación. El ala (spoiler) trasera de este Pájaro es fruto de la inspiración de Jim Hall y los ingenieros de Chevrolet Jerry Mrlik, Jim Musser y el mencionado Frank Winchell, tal y como testifica su patente US - 3,455,594.
El ala era de estructura monocasco, ultra ligera gracias a su grosor de la fibra de vidrio rellena de foam con la que estaba fabricado por Joe Kurleto (Chevrolet). Los pilares sobre los que se sujetaba el ala, su sujeción al chasis y el sistema para controlarlo en marcha eran cosa de Hall.
Slot.it lo ha hecho..., SOBERBIO..., vale, con licencias en pro de la práctica del slot. El modelo, el 2E, podrá o no gustar, a mí las Can Am me ponen -y qué no-, pero la ejecución de Slot.it es..., eso, de nueve ochenta y ruedas nuevas.
Salud
6 comentarios:
Wenas!!! fantástica entrada amigo. El coche me gusta y si está fabricado por slot.it, ya ni te cuento, buen precio, calidad y además, rápido en pista. Pero como bien sabes, ese ala.... a mi no me apasiona jaie aie iaeiaiej ia y eso que efectiva se ha demostrado que fue....
Gracias por compartir estas magníficas fotos y la historia que acompaña a este coche.
Adeu y gassss
Ya sabes lo que opino de los coches con tejadillo. Y más de este tipo, pero hay que reconocerle a Slot.it que lo ha bordado.
Buena entrada compañero. Casi no parece que te gusten estos cochecines...jeje
Yo con el Chaparral tengo sentimientos encontrados...por un lado me parece el coche más feo del mundo, o uno de ellos, y por otro, mi primer circuito fué un GP-18, con 2 Chaparrales, de los cuales sólo conservo el rojo (y en un estado más que deplorable), la de tardes que pasé con ese mísero "cero" dando vueltas con ellos......
Vale, pues aquí hay uno al que sí que le gusta el bólido, sobre todo porque fue la precursora del 2F, "mi" Chaparral más amado.
La reproducción es sobresaliente, y el artículo de Luis, de matrícula de honor. Muy pocos saben transmitir ese entusiasmo por el objeto retratado, mezclarlo con una buena dosis de información y servirlo con un lenguaje tan efectivo como literario.
Que éste es un "must-have" -que diría nuestro común amigo Supergenix- me parece difícilmente discutible, más aún si además de bien reproducido, puede correr en la pista de manera decente.
Un lujo leer estas entradas, de veras ...
La tentación vive en este blog...
Bandido... has deteminado mi próxima compra. No es un LM pero caerá.
Gracias por la currada habitual que nos proporcionas.
Eres un crack.
Saludos
Dani, esperémosnos al pack de winners (no LM obviamente esta vez)que nos van a sacar estos italianos. Encomiable que una marca tan enfocada a la competición nos premie con este coche. Estoy deseando que llegue el anunciado GT40.
Soberbio artículo Luis.
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