FORD RS200 PUROLATOR MSC (3ª)

Hace unos días, ya el año pasado, compartía en este blog una entrada sobre el "Belga" de los RS200 de MSC Competición (click), diciendo que en unos días compartiría un artículo de los de guardar..., éste, escrito de principio a fin por mi amigo Luis Vega (Waskalas) y del que no he cambiado una coma; es un artículo de SLOT en el que se habla de SLOT, eso de lo que cada día todo el mundo habla menos..., en el que se prueba y analiza este FORD RS200 -chasis SFACXXBJ2CGL00066 Rally y matrícula de Madrid 7201-HS- "PUROLATOR" Grupo 3 del Nacional de Tierra -Cto. 1988-; una librea "genérica", y seguro en breve rigorizable gracias a Artectondecals.

Texto: Waskalas. Fotos: Demo. 

Rebuscando y rebuscando dentro de mi cabeza, me resultaba bastante difícil dar rienda suelta a mi imaginación para empezar esta entrada de una manera lo suficientemente digna para el blog donde se publica, ya que alcanzar el nivel del propietario se me antoja muy complicado. Pero al final, como siempre, entendí que la mejor manera posible de hacerlo era primero: dar las gracias a mi amigo Luis por darme la oportunidad de escribir en este, su blog, referente sin igual en el mundo del slot y segundo: hacer lo que hago siempre, expresar mis pensamientos de manera directa, libre y sin tapujos.




Quién me iba a decir que mientras leemos un día tras otro las andanzas del Matador en tierras del ya no tan nuevo continente, iba a tener la oportunidad de poder rememorar un trocito de su carrera en uno de los coches más míticos de la historia de los rallyes. Y es que sin duda este Ford RS 200, perteneciente a ese nunca bien ponderado grupo B, figura dentro del grupo de coches más espectaculares que cualquier carretera del mundial ha visto circular. Después de la prohibición del grupo B en el mundial de rallys, la mayoría de estos coches se utilizaron en las competiciones nacionales de rallys de tierra, siendo este RS 200 uno de los damnificados. Carlos Sainz ya fue uno de los elegidos para pilotar uno de ellos, pero 1987 era un año en el que estuvo centrado más en los rallys de asfalto, tanto en el campeonato del mundo de rallys como en el Nacional de Asfalto español, donde con su también Ford Sierra Costworth fue campeón.




Aún así en sus contadas participaciones en los rallys de tierra dejó buena nota de lo que podía haber sido este RS200 ganando en el Rally RACE de Madrid, muy por delante de los habituales a tales citas. Triunfo que no pudo repetir el año siguiente en el mismo escenario, debido a una rotura de motor cuando afrontaba los tramos finales. Como tengo fundadas dudas sobre el rally en el que participó esta reproducción de MSC, ya que según qué fuente, unas dicen que en el Rally RACE de Madrid del 87 (último rally del año) el copiloto era Antonio Boto y otras dicen que no, que era Luis Moya...




... prefiero reservarme ese derecho y como mucho atreverme, no sin reservas, a afirmar que la reproducción corresponde al coche que participó en el nacional de tierra de 1988 -Inscripción en el Campeonato de Rallyes de España de Tierra CAMEL- al volante Carlos Sainz con su inseparable Luis Rodríguez Moya en el asiento de al lado.




No debemos perder detalle de este Ford RS200 fabricado por MSC y con referencia 6002, ya que podemos ver como el operario de turno se deja los ojos para que todos los matices se muestren con exaltada admiración. La pinacoteca del coche viste la librea con inusitada perfección, no se aprecian transparencias y los bordes tienen la función para la que fueron creados, la de bordear perfectamente aquello que dejan en su interior. Disfrutar de los logotipos de los retrovisores es como beberse una bebida energética cuando se está cansado.




La sempiterna carencia de los logotipos tabaqueros es la broma habitual de todos los fabricantes con la historia. Tengo el deseo de que algún día todos estos caciquillos que nos gobiernan y que nos agasajan con censuras de todos los tipos y colores nos dejen disfrutar de aquello que vivimos durante toda una vida en aquello que se atreven a llamar muy hipócrita y gratuitamente libertad.




El frontal es un deleite a excepción de las pupilas de los faros, que quitan un poco de verosimilitud a su presencia, lo que nos obliga a girar el coche 180 grados y contemplar cómo los faros del Sierra Cosworth pintan de maravilla en este RS 200, amén de las tomas de aire con un acabado sencillamente genial.




Y si el exterior es más que notable, hablar del interior es dar una clase magistral a todos aquellos que se atreven a decir que para tener un buen acabado es necesario que el fabricante eleve sus costes y por ende sus precios a nivel de Louis Vuitton. Este RS 200 huele más y mejor por dentro que muchos otros coches de otras marcas con más presupuesto y relumbrón, ya sean verdes, rojas, o azules, y todo en un material que consigue que 5 gramos sean azafrán de la Vera.








Si las llantas chirrían un poco al sobrepasar la frontera de los neumáticos debido a los tapacubos, tampoco podemos olvidar torcer el gesto al mirar más de cerca el logotipo del patrocinador principal en la frontal del coche, quizás debido a la parrilla, quizás algo caída en la superficie del capó. Si por sacar punta ha de ser, de “oeoé” es la toma de aire situada en el techo de la cabina ensombrece a las sublimes tomas tubulares que la acompañan.




Pero si el maquillaje de este cordero le permite salir acompañado de cualquier discoteca, sus tripas le van a dar el boca a boca entre todas las amigas de la ciudad. Y es que MSC ha elegido para este modelo montarle el modelo de chasis Montecarlo. Uno de los puturrú de foie de los chasis de hoy en día.




Siempre hablando del modelo en serie adquirido por mi, el corazón MSC de caja larga y montado en línea, late a 21.000 rpm a 12 voltios y una MPM de 12 gramos, lo que le hace circular su sangre al eje trasero por piñón y corona y desde este por poleas al eje delantero. Aún así dicho motor se muestra dócil y manejable en bastantes situaciones, no siendo su alto poder magnético un obstáculo, como ocurre en otros modelos de otros fabricantes. Buenos bajos, sin alardes y bien alimentado, el niño será grande y fuerte si de velocidad punta estamos hablando. Siempre manejado con mando electrónico, por supuesto.




Aparentemente, el motor cae por debajo del plano del chasis, pero, lo cierto es que dicho chasis muestra un abultamiento en la parte delantera de la posición del motor que según qué reglamentos generará controversia. Si superamos la batalla de las Termópilas y conseguimos cepillarnos a los cartagineses, pesados donde los haya, conseguiremos echarnos unas carreras con este fantástico coche y disfrutar de lo lindo de una jornada de slot.




La posibilidad del brazo basculante, no incluido, está contemplada, porque el chasis lo permite, pero en este caso viene configurado con la guía fijada al cuerpo. Sin embargo, la guía en sí misma, es una ponzoña importante, porque requiere de un arduo trabajo de rebaje y puesta a punto para que funcione correctamente en mi pista Scalextric. Realmente, y después de probar varias posibilidades, la vieja Ninco es la que mejores rendimientos me ha dado. Eso sí, una de las virtudes de este chasis es la configuración, por lo que he podido adelantar la guía hasta el borde de la carrocería para mejorar unas décimas.








Un buen consejo es hacerse con una llave ad hoc para tener la posibilidad de apretar los tornillos con relativa facilidad y correctamente, ya que una mala herramienta hace que el chasis sea un poco frágil si no tenemos cuidado. Amén de que el trabajo sea mucho más cómodo con una herramienta decente que con los habituales destornilladores del todo a un euro. La basculación del coche es correcta, no necesitamos acuñar el término desgaste natural de mi querido Joan para conseguir que las caderas de esta guapa se contoneen generosamente por la pista, aunque debamos tener cuidado con las gomas y los pasos de rueda traseros, ya que están cerca unos de otros.





No así la transmisión, que necesitamos madurarla hasta conseguir una buena relación piñón-corona. Sin entrar en demasiados detalles, rodaje, mechero, aceite y grasa para que todo vaya bien. La polea también va algo dura, pero estirarla un poco da buenos resultados y permite tener buena tracción sin forzar demasiado.








El guapo RS 200 muestra que es de buena familia al recorrer mi circuito, noble en las curvas saca sus dedos para agarrarse fuerte sobre el asfalto y mantiene una aceleración y una frenada propias de una buena amante. Sin embargo se comporta en los cambios de rasante y saltos con la experiencia de una novicia, teniendo que apelar al brazo basculante o a una preparación más profunda una mejora que lo convierta en un auténtico crápula.




En resumen, si alguien me preguntara si merece la pena gastarse 49 euros en este coche la respuesta sería: ¿Te gustan los Rallys? ¿Te gustan los clásicos y más concretamente los grupo B? ¿Quieres un coche bien terminado y bien hecho? ¿Quieres un coche para competir? ¿Quieres disfrutar en pista con un coche rápido? Pues para todas estas preguntas mi respuesta es sí.





WD-DW