El Mercedes-Benz W196 ha sido uno de los mejores monoplazas en términos de fiabilidad (salvo Mónaco 1955) de la historia de la Fórmula Uno; una "flecha" que tenía todo lo que un piloto podría necesitar de él; velocidad, manejabilidad, potencia..., y aunque siempre se ha sabido que Rudi Uhlenhaut hubiera preferido algo diferente a su ocho en línea..., este es uno de esos CARTRIX que no pueden faltar en ninguna colección; y más cuando hablamos del MERCEDES W196 con el que Stirling, hoy Sir, Moss venció su primer Gran Premio de Fórmula 1, el de Gran Bretaña, el disputado en Aintree en 1955 en un muy caluroso 16 de julio y ante unos 150.000 espectadores.
Mercedes W 196 GP GB 1955 (Aintree) Sirling Moss. Esta unidad no es de la serie Grand Prix Legends de Catrix, se corresponde con una edición especial para una de las ediciones del mercadillo Foro Slot Madrid. Edición, la de noviembre, a la que fui rodeado de amigos -los habituales de nuestro Txoko- y con las ideas más o menos claras en cuanto a presupuesto y objetivos. Uno de ellos era este Mercedes W 196, y eso que no soy muy de coches conmemorativos..., menos cuando son "rarezas" fabricadas para ser rarezas, doradas, con chirivitas, transparentes... -de rareza tienen bien poco, porque cuando alguien lo fabrica para ser rareza pierde esa "virtud", ya no es rareza, puede que escaso, vale, pero rareza..., va a ser que no. Uy!! Un transparente, pero ojo, no para engañifar y vender a mayor precio..., suena bien el reclamo..., e inflar precios sólo porque mola inflar..., después alguien se preguntará ¿por qué no vendemos? Sencillo, porque no eres serio-, cosas de colores y demás lindezas...
Pero esta vez el coche del foro era un W 196, el de Stirling Moss en Aintree 1955..., no podía faltar, un "must have", un indispensable en una colección de Fórmula 1 -ya no "admirador" de Moss- y desde luego en la de cualquier británico. Escribí a Catrix para reservar uno, perdón, dos. Este de Joan (click) y el de las fotos del presente, regalo de Diego. Como cada vez que tenemos oportunidad de vernos y tras lo importante mantenemos una breve pero clara charla sobre slot, él critica mis aburridos textos y yo sus coches, y ambos nos damos buenas razones para seguir entrenando, qué sano es esto. Él sigue leyendo, y me consta que a veces le cuesta tanta densidad -¿a quién no?-, y yo disfruto con sus cochecitos -aunque a veces de cerca espere esa tarde de viernes extra en ellos-, con esa sencillez que los hacen tan grandes, ese "less is more" de Van der Rohe.
Los Grand Prix Legends son ese plus llegado al slot, nada que ver con las butirancias traídas del pasado para rentabilizar el paso de los años más recuperar el recuerdo perdido de antaño, ese "algo más" que no sólo te llevan a casa una lata, una peana de metacrilato y una gamuza, es el recuerdo de una época pasada, que no perdida; los F1 clásicos de Cartrix son eso, nostalgia, historia, evocan los albores de la F1, a aquéllos hombres que soñaban con ser los más rápidos, a aquéllas maquinas. No imaginemos a caballeros velando armas la noche anterior, ni el glamour que vendría; pensemos en un grupo de apasionados, con monos blancos o azules, camisetas, tirantes y cinturones..., un grupo de locos que sabían en lo que se sentaban porque lo conocían, porque en su mayoría lo sabrían arreglar.
Podemos quedarnos con la visible sencillez de sus reproducciones o dar ese paso más allá...
Uno de esos "locos" era Stirling Moss, un joven y prometedor piloto al que la alemana Mercedes le confiaba uno de sus mejores volantes junto a sus mejores y más reputados hombres; pensemos en Fangio, en Kling, en Taruffi..., pensemos en todos ellos dirigidos de forma brillante por Neubauer pilotando las fabulosas flechas plateadas del ingeniero Uhlenhaut.
Tras la tragedia de Le Mans, Mercedes Benz se presentó en Aintree tras un mes a disposición de la marca para preparar sus máquinas con Mercedes en el centro de todas las miradas, y no sólo por sus últimas victorias, sino también por el rumor de que las órdenes de equipo podrían ser, en Aintree, a la inversa; un guiño al mercado -digo al público- inglés en la que era la primera aparición del joven Moss al volante de un Mercedes en Inglaterra.
Mercedes desembarcaba en Liverpool con cinco monoplazas; uno para cada uno de los nombrados (Moss, Fangio, Kling y el incorporado Taruffi) y un muleto..., para Uhlenhaut... Moss y Fangio el modelo con chasis corto (en teoría el mejor para un trazado de los denominados lentos), Kling y Taruffi con el medio y el muleto un chasis medio de 1955 pero con los frenos del corto (de tambor sobre el eje en lugar de en la rueda). Aunque la ficha del W196 la dejaré para cuando lleguen -vayan llegando- los de Top Slot..., ahora que me he suscrito a la Mecedes Collection.
El equipo Maserati traía otros cuatro coches, equipo que conocía bien el circuito, tres, para Behra, Musso y Mieres y un cuarto para Simon, quien reemplazó a Perdisa en el último momento. Y si no tenemos tiempo -porque ese es mío- eternizándonos con esta, que debería ser breve, entrada, para hablar del equipo Mercedes..., menos del de Maserati..., hoy al menos y ante esta reproducción de Moss. Desde luego que si había alguien que podría plantar cara a los alemanes esos serían los italianos.
Ferrari, tres Tipo 625, lástima de Tipo 55 SS, muy similares al que Trintignant llevó a la victoria en Mónaco. Los tres para Trinti, Castellotti y Hawthorn; el favorito de Ferrari gracias a que era el que mejor conocía el trazado de Aintree. El resto..., Gordini, Vanwall, tres Connaught, uno carrozado, uno oficial y Marr con el suyo propio; todos ellos con motor Alta. Curioso el baile de los Maseratis privados; Salvadori, Gould, Collins pilotando el de Owen, Macklin el de Moss -de ahí que Moss llegase a adelantar a su propio coche-, Rolt. Y sí, un joven Jack Brabham entraba en escena, al volante de un Cooper.
En prácticas los Mercedes lo estaban haciendo de forma inmejorable, con tan sólo Behra acercándose a sus tiempos. Desde luego que eran los mejores, pero también eran los que más trabajaban; la idea en entrenamientos era no parar de rodar hasta completar la misma distancia que dos Grandes Premios en Aintree; y cuando no rodaban en su propio monoplaza lo hacían en el muleto; y si no lo utilizaban los pilotos Uhlenhaut lo hacía rodar..., no perder el volante, aprenderse el trazado de memoria...
El octavo Gran Premio de Gran Bretaña, el primero en Aintree -lejos de los verdes campos de Buckinghamshire-. En primera línea Moss, Fangio y Behra, seguidos por una segunda línea ocupada por Kling y Taruffi. Tras ellos..., sencillamente el resto; incluidos los ovacionados -aunque poco exitosos- monoplazas verdes.
Banderazo, megafonía a fondo y Fangio lideraba, seguido por Moss y éste por Behra. Poco más tarde los cuatro Mercedes ocupaban las cuatro primeras posiciones. En la vuelta tres Fangio deja pasar a Moss, el GP de Inglaterra estaba bajo control absoluto de Neubauer y su equipo salvo por el pequeño revuelo organizado en la cola de la cabeza con Kling y Taruffi peleando, ganando y perdiendo posiciones con Mieres y Behra..., sin olvidarnos de Musso, quien se agazapaba tras ellos; unas posiciones que dejaban una serpiente realmente curiosa y organizada en orden por colores; Plateados, rojos, verdes, azules...., y tras ellos los Cooper, monoplaza doblado por Moss y Fangio (lanzados en vuelta rápida) en la quinta vuelta...
El pilotaje de Moss estaba siendo impecable, lideraba a Fangio, aunque sin despegarse realmente del argentino. Y así hasta la vuelta 18, vuelta en la que Fangio toma nuevamente el liderato. La carrera estaba siendo espectacular, sobre todo al ver esas dos flechas de números negros (no rojos en señal de duelo por la tragedia de Le Mans) sorteando monoplazas lentos; si pedirles paso, sencillamente deshaciéndose de ellos. Por atrás seguía la lucha, de gran intensidad, pero sin inquietar lo más mínimo a los dos líderes.
Calor, hacía calor, y pese a que fue una carrera muy limpia en cuanto a accidentes, los abandonos comenzaban, baile en boxes, vehículos averiados, que salían reparados, que volvían..., y Moss líder en la vuelta 26; nuevamente por delante del Maestro. De hecho Moss ha dicho en innumerables ocasiones que aprendió más compartiendo marca con Fangio que en el resto de años al volante. Diez vueltas más tarde Moss mantenía un aventaja sobre Fangio de 4 segundos..., nimia ventaja teniendo al argentino tras él. Y como curiosidad, en la vuelta 40 Moss ya había doblado dos veces a su propio monoplaza (el Maserati pilotado por Macklin).
El dominio de Mercedes era aplastante, y el de Moss, quien había doblado a todos menos a Fangio y a Kling. Las últimas vueltas fueron un espectáculo, los dos chasis cortos pegados en todo el trazado, morro con zaga, vuelta tras vuelta, curva tras curva. Qué espectáculo, increíble. Parecía que Fangio no desea pasar a Moss se escucha en la retransmisión, no, no, replican, está estudiando el mejor sitio para que nuestro Moss no pueda devolvérsela..., espectacular, aguanta chico! Y ahí estaba el Maestro -al que no me gusta llamar "chueco" por la misma razón que a alguien a quien respeto y en público nunca le llamaría "el zambo"..., entiendo que no debo tomarme esas confianzas.
Y aguantó..., o Fangio le dejó aguantar como Moss aguantó en Nürburgring al principio de la temporada... Algo así como "te la devuelvo porque te la has ganado, pero que conste que podría haber ganado de haber querido". Al final de la carrera Moss, en un gesto clarísimo de gratitud y respeto colgó la corona de laurel al cuello de Fangio. En petit comité dijo haberlo hecho porque estaba seguro que Fangio pudo haberle pasado en cualquier punto del circuito, y que no lo hizo, por ello él merecía esa corona.
Moss, años más tarde le preguntó a Fangio, quien respondió como se espera de alguien de su clase "No, ganaste tu solo". De esta forma Moss se convertía en primer británico en ganar un Gran Premio y el cuarto británico en hacerlo en una Grande Epreuve. Uno de los mejores y más completos pilotos de la historia, retirado antes de tiempo pero que nunca ha dejado de estar en activo; un hombre con unas cualidades excepcionales, tanto profesionales como humanas..., Sir Stirling Moss, el tantas veces recordado como el campeón sin corona..., aunque será de Fórmula 1, porque en el resto de categorías Moss fue el número 1, y lo sigue siendo; un piloto legendario cuyo nombre e historia sólo se encuentra entre los mejores.
Salud
5 comentarios:
Buen artículo, Luis!
Hola Demo:
Es obvio que huelga decir que tu reportaje es excelente.Buenos y correctos datos,muchos enlaces y me gusta sobre todo que en el escrito reflejes como piensas en esto del slot.Siempre he creido en la premisa de la honestidad y por supuesto creo que lo manifiestas en estas redacción.
Grandes fotos y el decorado ( pista) es fantástico.Mi más sincera enhorabuena.
Y ya en tono más informal , yo también noto cierto mensaje subliminal en ese precioso transporter azul jejejejejjeje
Felicidades por el el trabajo
Mikel
Fantástico!!!!!! m'encanta....
Adeu y gassss
Espectacular articulo tocayo. Por la calidad de las fotografias, la calidad de la redacción y la información que aportas. La primera foto es de poster con el piloto fuera del coche en el camión y el otro de Moss en primer plano. Me ha sorprendido mucho ese juego metaforico y me ha encantado. Me guardo la foto y una pena de no poder hacer lo mismo con el resto de fotos.
Tus talleres son espectaculares y me encanta como mezclas los elementos de maqueta con los de slot y que creo que tu has puesto de moda como otras cosas y el modo de presentar las cosas las fotos y las redacciones detalladas y con fundamento. llevo años disfrutando de tus talleres y para cuando ese tutorial para hacer talleres que decías.
Saludos
sencillamente bestial
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