BUGATTI 57 C LE MANS 1939

El otro día hablaba con un amigo; sobre algunas máquinas vencedoras en Le Mans; en sus 24 horas. Una de las primeras que primero se me vienen a la cabeza, de las reproducidas hasta el momento para slot, es esta Bugatti 57C; no sólo por su carrocería, de las más bellas y de las más sencillas, sino por lo que supuso, porque era una máquina revolucionaria y de espectaculares prestaciones..., aunque si lo que importase estuviese sólo en el interior sería como decir que es fea, siendo de las más guapas.




Como ya había comentado, la marca de Ettore Bugatti, una marca legendaria epítome del lujo, la vanguardia, elegancia, pasión por el diseño y de prestaciones siempre extraordinarias. Una marca íntimamente ligada al hombre que le dio nombre y carácter a cada Bugatti.




Dichos adjetivos aplicables a la marca se resumen en su logotipo, una perla enmarcada en 60 perlas más el nombre del fundador, un nombre que desde 1909 ha acompañado a todos los vehículos fabricados y diseñados por él. En 1937 llega Le Mans (ciudad donde tenemos el circuito Ettore Bugatti), y con la carrera la gloria. El Bugatti Type 57G “Tank” (-Tank en honor al fabuloso Type 32 Tank de 1923-). El chasis y el motor son los del T57 modificados y preparados para la carrera, mientras que su carrocería es bien diferente. Se tomó como base la del precitado T32, conocido como Tank, que sólo disputó un GP, el GP de Lyon de 1923. Caja típica de cartón duro en azul brillante y con la tirita en tela roja que recuerda a las de los aviones “Remove befote Flight”, pero aquí es "Before run".




Jean Bugatti deseaba el cetro de Le Mans, y para ello decide preparar tres chasis de las T57S, pero con modificaciones tales como una reducción en el chasis, variando el paso del eje trasero y acortando la distancia entre ejes a 2980mm. El motor sería el genial ocho cilindros en línea de 3257cc, dos válvulas por cilindro y doble árbol de levas. El tema de los compresores, teóricamente prohibidos por la reglamentación, sigue siendo a día de hoy un “misterio”.




La T57G de Le Mans era una máquina muy ligera y aerodinámica, lo que unido a su motor y la eficacia de los frenos, gracias a su sistema de refrigeración, hacían que la T57 fuese más rápida cada vuelta que giraba, batiendo varias veces el récord de vuelta rápida y al final el de media de velocidad más rápida. La victoria en 1937 fue para los “aviones” alsacianos, la tripulación ganadora estaba compuesta por el joven y veterano respectivamente Jean Pierre Wimille y Robert Benoist. Este no es la continuación del que ya escribiera sobre esta preciosidad para Más Slot, pero sí se puede entender como un complemento a aquel.




Pero mejor, hablemos del '39..., del último Le Mans de la primera época, de sus últimas primeras 24 horas: Le Mans 1939, una carrera que terminó con el nuevo récord de Wimille/Veyron en el sobrealimentado Type 57 C “Tank”. Su oposición sería la formada por 24 coches franceses más (Lagonda-Talbot; Delahaye-Delage; SIMCA) y casi otros tantos más hasta completar un total de 42 vehículos que tomaron la salida en la estrecha recta de Le Mans, aunque cruzar su ancho fuese suficiente como para batir la sangre de cualquier piloto.




La decimosexta edición de la Gran Prueba fue, según los expertos, de las más emocionantes vividas hasta la fecha. Que sólo finalizaran la prueba 20 de los 42 que tomaran la salida es buena prueba de lo dura que era, y es, la carrera.




A las cuatro de la tarde, bajo un cielo prácticamente del mismo azul "nacional" que el vestido por la Bugatti; ésta tendría la opción de revalidar triunfo (1937) sobre seco. Todo estaba preparado, sólo faltaba ver a Faroux bajar la tricolor francesa para ver a todos dirigirse hacia 24 horas de pasión. El primero en salir sería Arthur Dobson en su Lagonda #5 seguido de Chinetti en su Darracq y por fin nuestra Bugatti.




Qué primeras vueltas, con Dobson y Chinetti enzarzados en una fantástica lucha que al final se decide a favor de Chinetti en la Mulsanne. Qué vueltas, Gerard (Delage) escala posiciones hasta la segunda plaza cayendo Dobson cae hasta la sexta posición. En la tercera vuelta Gérard toma el liderato de la prueba, Chinetti es segundo y Wimille tercero. Les siguen Mazaud (Delahaye) cuarto y Le Begue Darracq (quinto). Me encanta la óptica "oculta" tras la rejilla...




Gérard está rodando como un reloj vuelta tras vuelta. Wimille pasa a Chinetti, pero Chinetti consigue volver a pasarle al poco, cayendo hasta la cuarta posición tras los Delahayes Mazaud y Paul quienes eran segundo y tercero respectivamente, mientras que Chinetti se desinfló cayendo hasta la quinta posición. La primera hora no podía ser más emocionante en la cabeza. Por motivos evidentes, esta foto para David K.




Mazaud aprieta y se dispara decidido a dar caza a la Delahaye de Gérard, vuelta tras vuelta le va comiendo distancia hasta que recién pasadas las dos horas de carrera consigue adelantarle, rompiendo el récord de vuelta rápida establecida por la Bugatti de Benoist el año anterior.




Adelantamientos, accidentes sin consecuencias, roturas… se sucedieron hasta caer la noche. A las diez las primeras cuatro posiciones las ocupaban Chinetti/Mathieson; Mazaud/Mongin; Gérard/Monneret y nuestra protagonista, la Bugatti de Wimille/Veyron a una vuelta de la cabeza. Nuestra Bugatti sorteaba las curvas con gran acierto, gracias en parte a su luz extra en el costado, recuperando tiempos a la segunda y tercera vuelta a vuelta, pero Gérard mantenía la cabeza con aplomo, una ventaja que se aumentó cuando nuestra Bugatti rompió una rueda viéndose forzada a parar en su pit perdiendo diez preciosos minutos. -Otra de las genialidades de Bugatti la he citado, una óptica extra que tenía como única función iluminar de forma óptima los interiores de las curvas del circuito de Le Mans. Esta luz suponía sin duda una ventaja nocturna, ya que al estar situada en uno de sus laterales era capaz de iluminar la curva antes de que la máquina iniciase la diagonal de ataque a la misma, pudiendo apurar la curva y sortearla de forma más efectiva que el resto que sólo montaban luces frontales-.




Sólo dos horas para el final y la carrera parecía estar sentenciada a favor de Gérard/Monneret quienes ahora mantenían una ventaja de dos vueltas sobre su inmediata perseguidora, la Bugatti #1 conducida por Wimille y restando tres segundos por vuelta a la Delage, un ritmo inútil si quería vencer.




Entonces la fortuna se quiso aliar con Bugatti; la Delage para en su pit para repostar y efectuar algún cambio en su motor para encarar la última parte de la prueba. Pero algo ocurrió, la mezcla no se estaba produciendo de forma correcta, vuelve a su pit y la Bugatti toma la primera posición. Pese a la vuelta a pista de la Delage nada tendría ya que hacer para frenar la victoria de la Bugatti 57, la última de la llamada primera era. -Y hablando de ópticas, las principales, bien protegidas para una carrera bien larga...-.




Qué decir de las reproducciones de Le Mans Miniatures, qué decir de la calidad, mantenida en tierras asiáticas -con el consiguiente abaratamiento de costes para fabricante-. En la siguiente foto se ve una de las pruebas de lo delicadas que son las resinas, en una vuelta, tras un vuelco, del todo involuntario, dañé dos partes, una de ellas falta en la siguiente foto, a falta de repararla.




Y hablando de vueltas, no pensemos que vamos a romper ningún récord, pero disfrutar de su tremendo rugir ronco por nuestros circuitos es, sí, una delicia. Chasis plástico - resina semi detallado.




El habitáculo, sin embargo no termina de ser todo lo redondo que podría haber sido con un poquito de cuidado...




Aunque lo olvidaremos pronto en cuanto nos acerquemos a sus maravillosas llantas...




Ah que no...




Una preciosidad, una máquina maravillosa, y tal vez, la más larga en haber vencido las 24 horas de Le Mans, ahora interrumpida por el estallido de la guerra...




Salud