Entiendo que dedicar un artículo a remarcar cuestiones como sus diferentes matrículas, como por otra parte era de esperar, diferente proveedor de neumáticos (de BF Goodrich a Pirelli), Le Coq Sportif como patrocinador, hablar de la diferente posición de la placa, de las similitudes… es del todo innecesario, máxime cuando son detalles que no se escapan a la vista.
Hablar del C4 WRC, como sustituto de laureadísimo Xsara WRC, como heredero de este y actual campeón del mundo podría ser cuestión de otros Blogs, Foros…, pero entiendo, cuando menos interesante hacer unos breves apuntes de lo que ha cambiado desde que hace casi un año publicamos el artículo del, por aquel entonces, recién aparecido Citroën C4 WRC Montecarlo 2008.
De hecho la comparación no es más que una excusa para mostrar mi más sincera admiración por un piloto, Loeb, que ha demostrado, y sigue demostrando, no tener rival, ya al volante de su Xsara ya de su C4. Un C4 que ha demostrado ser digno heredero de aquel “obsoleto” Xsara, un coche que no perdía las que eran grandes virtudes de su predecesor y que ganaba donde aquel tenía su talón.
Una carrocería más rígida hacía de esta máquina un auténtico tren de alta velocidad. El único pero fue la escasa visibilidad, algo que venía dado por la baja y alejada posición del piloto en relación con el capó. Tal y como explicaba el otro día Gené, piloto español que triunfa al volante de su Seat, esto, el retrasar y bajar la posición de piloto, se hace para centrar el peso en el vehículo y bajar el centro de gravedad de los mismos.
En Montecarlo 2007, como ya habíamos escrito, el C4 se estrenó con el campeón del mundo en lo más alto del podium y nuestro Dani Sordo tras él. Lo que no dijimos fue, porque no había finalizado la temporada, que Sebastián Loeb sumaba un nuevo título de campeón del mundo, sin duda una temporada memorable para él, el hombre que ha batido todos los récord en el mundo de los Rally.
Sin embargo, el campeonato del mundo de marcas no podría ser para los galos, pues Sordo no siempre acompañó a Loeb en el podium. La victoria final fue, de forma merecida, para los hombres de Ford, quienes demostraron a lo largo de toda la temporada una mayor regularidad.
Para detallar las principales características técnicas del C4 acudimos a la revista “Crono”, una excelente publicación que por desgracia es “demasiado local” – ya que no se encuentra en prácticamente ningún kiosco fuera de Galicia –. Mayor longitud, mayor distancia entre ejes y una mayor anchura venían a colaborar con su mayor rigidez a una mejor estabilidad y comportamiento general, algo que iba a ser necesario en cuanto a gran potencia 315 cv y velocidad máxima n.d.
No estamos hablando de esos descomunales motores V8…, pero sí de un nada desdeñable 4 en línea de doble árbol de levas y culata de cuatro válvulas por cilindro. Cierto que eso, de dos árboles de levas y cuatro válvulas por cilindro puede resultar extraño, pero es algo normal en los casos de culatas de alto rendimiento y competición. Los dos árboles de levas son uno para las válvulas de admisión y otro para las de escape. En este caso se habla de distribución DOHC, algo imperativo al considerar motores multiválvulas.
Sin duda son, para todo aficionado al Rally, dos auténticos imprescindibles, el de Loeb por ser, si no el mejor, uno de los mejores de todos los tiempos, y el de Sordo por ser uno de los mejores y más prometedores pilotos españoles.
Salud
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