FERRARI 250 LM 1965 # 27

FLY ha vuelto; y lo hace bajo el nombre comercial de FLY SLOT CARS ( Model 31 Distributions ), recuperando uno de los mejores moldes de Fly Car Model -A quien la nueva marca ha comprado parte de los moldes que eran propiedad de Fly Car Model- en los que ha mantenido el clásico nivel de tampografía de Fly Car Model.




No hay duda, Fly Slot Cars apuesta por la calidad, y eso lo comprobamos en una 250 LM mejorada con respecto a las dos anteriores; no en tampografía, ni en molde, pero sí en pintura..., y un detalle más, ¿alguien se acuerda del "tutorial" de cómo montar la 250 LM de FlyCM que publiqué en su día?..., ya no será necesario, esta 250 LM viene montada y en la misma peana y urna que lo hicieran las de FCM, molde que también ha adquirido Model 31 Distributions de FCM.




Como más vendrán, y a todas pienso seguirles la pista, hoy toca presentar algo más de esta preciosidad, algo más que un cachito de plástico colorado, es un pedacito de historia, una sexta posición en las 24 de Le Mans es algo, mucho, más que 24 horas de competición. Ya hablaremos, y entraremos con la homologación, de dónde viene..., sirva sólo de "aperitivo" a una larga vida de 250's LM.




Cierto, no es la primera Fly Slot Cars (Fly SC) que presento en el blog, ya lo hiciera con el primer prototipo de la Williams FW 07, sin duda una de las grandes esperadas de este año. Espectacular y esperada reproducción, uno de los bólidos más bellos de la historia, digno heredero del 250 GTO, que sí fue GT (Ya entraremos en por qué participó como Proto).




Heredero, en cuanto a posición de los “bueyes” de la 246 SP (pero 6 cilindros en V de dos litros y medio) y de la inédita 250 P por motor y posición, un Colombo doce cilindros. Y hablando de genealogía, apellidada “LM”, como lo fueron las grandes 118 LM,121 LM, 625 LM, 312 LM, 330 LM-B, y 330 LM. Una reproducción que es, per se, automovilismo puro, una reproducción que nos hace perder por unos instante que seguimos hablando de cochecitos para devolvernos un pedacito de historia.




El campeonato del mundo se dividía en dos; el Campeonato del Mundo de Sport Prototipos. Campeonato en el que se tenían en cuenta cuatro carreras: las 12 horas de Sebring; la Targa Florio, los 1000 kilómetros de Nürburgring y las 24 horas de Le Mans. De otra parte teníamos el “Campeonato del Mundo de Constructores de Gran Turismo”. Campeonato este último en el que puntuaban las precitadas cuatro carreras más otras tantas de menor entidad pero igualmente competidas y espectaculares donde todos los “privateers” se batían el cobre con las respectivas oficiales.




Sin duda, de todas ellas, el escaparate mundial del automovilismo de una época en la que sí se prestaba atención a los "turismos". Indiscutible, la cita ineludible era Le Mans, carrera que a Enzo le había dado las mayores alegrías, sobre todo aquélla que ni él ni Italia conseguirían re-editar; la de 1963 en Le Mans a manos de Lodovico Scarfiotti y Lorenzo Bandini al volante de una Ferrari, sin duda uno de los momentos más dulces del “Viejo”, y caso único de victoria 100% italiana.




Pero la 250 LM debía ser la "sustituta natural" de la más bella máquina de la historia (cuestión de gustos), de la 250 GTO, y pese a que fue una de las que al Commendatore le daría uno de sus mayores disgustos automovilísticos, también fue la que le dio una de sus mayores alegrías, la de la victoria más dulce en la carrera más prestigiosa; la que le dieron el jovencísimo Rindt y el veteranísimo Gregory el 20 de junio de 1965 al volante de su flamante Ferrari 250 LM, la última, hasta hoy, en hacerlo para la gran casa de Maranello.




Las llantas son las conocidas de Fly CM, tal vez uno de los puntos de esta máquina que pueden ser mejorado por Fly SC. Me gustaría hacer mención a un detalle de tampografía, no cabe duda de que es una de las de Pinin. Las Ferrari 250 LM habían demostrado ser unas máquinas ideales para los privateers, esas pequeñas escuderías que disputaban con éxito las carreras menores, pero sin tanto éxito en los cuatro grandes eventos del calendario. Tampoco cabe duda de que nos encontramos ante una Ferrari.




Todo ello cambiaría en Le Mans 1965. Las esperanzas no eran ni mucho menos las de una de las máquinas favoritas a la victoria en prototipos. De las cinco concurrentes Fly ha presentado en sociedad a tres de ellas. La nuestra de hoy; 250 LM de Scuderia Filipinetti con chasis nº 6119.- Armand Bohler y Dieter Spoerry: Sexta posición. Las dos anteriores son las 250 LM de Maranello Concessionaires con chasis nº 5895.- Lucien Bianchi y Mike Salmon. (Roja y azul en las fotos) y;




la 250 LM de la Ecurie Francorchamps con chasis nº 6313, el mítico #26 de la escudería belga.- Pierre Dumay y Gerald (“Taf”) Gosselin. Segunda posición por culpa de un neumático reventado (Amarilla en fotos). Es posible que para la vencedora debamos esperar, o tal vez no..., o hacerlo con algunos cambios..., o no..., espero que sí. Esa número Uno es la 250 LM de la NART con chasis nº 5893.- Masten Gregory y Jochen Rindt.




Sin duda que tanto Ferrari como Ford tenían su punto de mira en estas 24 horas, pero ninguno de ellos podría imaginar que la “pequeña” de los Ferrari se iba a hacer con el primer y segundo escalón del podium.




De las cinco presentadas en el gran circuito galo la primera en romper es la #23 de Hoare, tras siete horas de carrera se rompe el cambio y se ve fuera de carrera antes de tiempo. A continuación las Ford GT y las P 2 / 3 oficiales comienzan a retirarse unas tras otras permitiendo a las LM privadas hacerse, en la hora undécima de carrera, con la primera posición de Dumay / Gosselin. La segunda y última LM en caer, demostrando la fiabilidad de las pequeñas, es la de Langlois / Elde en la décimo tercera hora de carrera.




La victoria final parecía decantarse por la belga de Dumay / Gosselin, pero tras un extraño en Hunaudieres; la explosión del neumático reventó literalmente parte del paso de rueda trasero derecho, tanto que tuvo que entrar en box y cambiar rueda y reparar el dañado paso de rueda.




Su imprevista entrada puso al veterano tejano y joven austriaco en cabeza, una máquina que participaba con neumáticos Goodyear y que ganó con unos Dunlop, devolviendo la victoria a la NART, devolviéndosela a Luigi Chinetti quien en su vitrina ya acaparaba 3 títulos, el de 1932 y 1934 (Alfa Romeo 8C) y 1949 (Ferrari 166 M).




Dos fantásticas posiciones para dos de los privateers concurrentes a la cita francesa, eso sí, con “todo” el apoyo oficial. Se podría decir que el desastre de Ford fue absoluto, y los americanos, para desquitarse, titulaban que quien había fracasado fue la italiana, pues ninguna de sus flamantes "rosse" habían cruzado la meta, teniendo que ser una privada norteamericana la que le diera el éxito a la Ferrari..., y es que quien no se consuela es porque no quiere, como en las elecciones al Parlamento.




Le Mans 1965..., una 250LM más para ir completando.




Salud