PORSCHE 904 GTS – REVELL V. MRRC

De vuelta con las comparativas de vehículos que marcaron una época y que ahora regresan en plena forma y a un precio realmente competitivo gracias a MRRC y Revell-Monogram respectivamente..., ya dije hace tiempo que hablaríamos de las 904...




Nuestros protagonistas de hoy son los pequeños Porsche 904 GTS reproducidos en su día por la norteamericana Monogram, hoy Revell-Monogram; y recuperados con uniformes de batalla pintados en plata para nuestro deleite personal.



Estas Porsche estaban fabricadas en resina de poliéster y fibra de vidrio, es decir, eran blancas –casi– en origen. Para conservar la tradición alemana desde hacía 30 años, desde que las Silver Arrows del ’34 marcaran un hito en la historia del automovilismo (David, cuéntanos…) eliminando, para ahorrar peso, la pintura blanca distintiva de las máquinas alemanas. Ya hemos hablado más sobre ello, pero sólo recordar que el blanco era a Alemania lo que el rojo a Italia o el Verde Racing a Inglaterra…






No hay duda que las 904 son diferentes, no son tan evidentes, en cuanto a la evolución de sus formas, como el paso de la 356 a la 911; o tan redondeada como la 550 spyder; la 904 es diferente, de eso no cabe duda, a lo hecho hasta la fecha por la factoría de Stuttgart. Tal vez ello se deba a que quién la diseño, pese a ser un Ferdinand Porsche, no era el Doctor F. Porsche; ni “Ferry” (Que en Estados Unidos hubiese sido Ferdinand Porsche II); sino el tercero de los Ferdinand Porsche dedicados a su marca: “Butzi”.






La juventud de “Butzi” (y usaré el apodo por el riesgo de confundir a tanto Ferdinand) se refleja en el diseño, líneas rectas, puras y planas tan sólo curvas en los vértices que cerraban la máquina. Unos dicen que el proyecto “904” (Nombre real: Carrera GTS) de competición nace de un coche de calle, que no es más que un coche de calle modificado; otros pensamos que la “904” es una máquina concebida para vencer a las durísimas hordas de GT’s italianas de Ferrari, Abarth, Alfa Romeo…, y alguna británica despistada.. jiji.






Con el proyecto de F1 cancelado, una pena por una parte, gloria por otra (Quién sabe si Porsche se hubiese centrado en la F1 hubiese concebido la 917; “descendiente” de esta 904) nos pongamos como nos pongamos, Porsche quería concentrarse en el Campeonato del Mundo (World Sportscar Championship). Para su homologación requería tener 100 unidades fabricadas durante un periodo de 12 meses, el tiempo apremia y Porsche quiere a sus 904 en el WSC para la temporada del ’64. Sin tiempo, pero sin pausa se pasa de los bocetos a los primeros moldes y de estos a las primeras carrocerías y chasis en menos de seis meses.






En noviembre del ’63 se presenta en el histórico circuito de Solitude el primer prototipo, un prototipo que enamoraría a prensa y público; que al fin y al cabo serían, vía potentados amantes de la velocidad que las disfrutarían en carreteras y autopistas (Como Paco Godia en España…, con la que estableció un récord Madrid Barcelona…, del que algún día hablaré más en profundidad porque merece realmente la pena… prometido) o vía equipos privados que las harían participar en todo tipo de eventos, las que pagarían o financiarían –por decirlo de alguna forma- el desarrollo del proyecto, no siendo un proyecto que costase –como la F1- era viable.






La primera Porsche con carrocería de resinas, o mejor, no metálica, era una realidad, tenía forma, derivada de la 718, y con gran número de elementos comunes, se encarga a Heinkel (Aeronáutica) la construcción de las carrocerías mientras que de los chasis de vigas huecas de acero sí se encargaría la propia marca. El motor inical sería el probado y fiable Furham 547 de dos litros y refrigerado por aire. Motor central, que estaba de moda, es decir, a la espalada, literalmente a la espalda, del piloto…, cómodo y fresco habitáculo vive San Pacharán bendito, qué infierno.






Así, como prototipo, comienza su andadura a la espera de su homologación para GT -2 (Es decir, categoría GT por debajo de los dos litros). Tres prototipos que rodaron día y noche en el otoño de 1963 y tan sólo algunas modificaciones con respecto a los planes iniciales hacían grandes a los ingenieros de Porsche. Es necesario asegurarse el éxito y toda la producción se lleva a una novísima factoría que estaba destinada al 911. En primavera ya se disponía de las suficientes unidades para proceder a su homologación.






Pero la factoría alemana estaba segura de su producto, e incluso antes de haber procedido a la homologación las 904 comienzan a presentarse a las más importantes pruebas del calendario en el Campeonato del Mundo. Sorpresa, Sebring 1964; la 904 de Briggs Cunnigham pilotada por este y Lake Underwood llega novena de la general en las 12 horas de Sebring, novena pero primera de su clase en prototipos. Por delante sólo Ferraris (275P, 330P y 250 GTO y las hijas de Shelby, Daytona y Roadsters). La vencedora (de clase) en Sebring 1964 es la número 37, coprotagonista de hoy.






La segunda de nuestras protagonistas, que parece lucir la nacional en el capó, es la 904 pilotada por el gran George Follmer y Peter Gregg defendiendo los colores de la marca ya como la hermana pequeña de la nueva "seis". Alcanzó una meritoria séptima posición de la general y victoria, nuevamente, de clase Sport hasta los dos litros.






Sí, es cierto, tal vez alguno de los cortes de líneas de la carrocería, mejor, tal vez las uniones entre las piezas de esta, las veamos mejorables, es normal teniendo en cuenta la senectud de nuestra protagonista. Sin embargo, y a un precio realmente bueno…, ay si otros hicieran igual!! Revell-Monogram y MRRC (Qué bonito es el colaborar) recuperan los antiguos moldes de Monogram para, sin modificar ni un ápice de los mismos más que detalles de maquillaje. Y detallazos como los tapones del depósito de combustible bajo el capó, donde sólo había sitio para él, radiadores y la rueda de repuesto.






Pero los chasis ya no son de latón, ni tienen brazos de guía basculantes, los chasis son los reputado y archiutilizados Sebring series de MRRC, que algo tenían que poner. De ahí que ambas marcas comercialicen los mismos modelos y Revell-Monogram se vea obligada a taladrar sus cajas cuando la reproducción es de las antiguas de su socia americana…, os recibimos con alegría, ole con ole, ole tu carro y tu cería…






Fantásticas rejillas de aireación del pequeño motor de cuatro cilindros, refrigerado por aire, 180 CV y 1966cc alimentado por dos Weber, cinco velocidades..., y una tapa de motor que se abría hacia atrás, permitiendo así un mas fácil acceso al motor; y debió ser útil, y así lo han demostrado sus éxitos, entre los que se encuentra la Targa Florio, una de las pruebas fetiches para Porsche, de la que tomaron el "Targa" para sí como de la Panamericana tomaron el "Carrera". Es Porsche, es Carrera..., es automovilismo a escala, son eso, cochecitos de los que hablar.






Y sinceramente, viendo ambos modelos, que lo comparten todo salvo la marca bajo la que se comercializan, uno se da cuenta de lo que algunos detalles diferencian a unas reproducciones de otras, cuando una, por un detalle se nos aparece más bonita, o menos; lo mejor, y volviendo a las primeras fotos de coche completo coche comansi, llega a parecer más ancho, o más alto..., es curioso los poco que cambia tan poco.






Y ya terminando, porque en ninguna de las dos me atrevía a acceder al interior, detallado, sin miedo serio a romperlas, un último detalle, las tomas de aire a la admisión, un elemento cambiante no sólo de modelo a modelo, también incluso en un mismo modelo.






Una tampografía espectacular que dan ganas de hacer llegar al Top tres, perdón, a mi top tres, pero desde luego que está colocada muy arriba empatando con Autoart y algunos Fly. No todo es tampo, pero de estos últimos y los del top tres no sólo son guapas, tienen buen cuerpo, proporcionado..., aunque sólo algunas saben contonearse ñam ñam..., pero como en todo, va en gustos, Elle, Claudia, Naomi, la Turlington, Cindy, Jennifer Love Hewitt -ñam-, Meg Ryan (Cómo me gustaba esa mujer!!), Katherine y/o Audrey Hepburn..., en fin, que por qué hacer un top tres si todo depende del cristal con que se mire ¿no?, cada uno tendremos el nuestro, variable..., otros un top 5, un top 10... ó sos10...




Salud